Hace unos días, el viernes 19 de junio del 2009, murió en Anantapur, al Sur de la India, con 89 años de edad,
Vicente Ferrer.
Aquellos que me conocen saben lo cerca que estuve de poder trabajar con él en su gran proyecto, y lo importante que era para mi, tanto por sus valores como persona como por su labor a lo largo de más de 50 años con los más desfavorecidos de la India.
Vicente Ferrer ha logrado hacer del desierto un oasis, y como ya es sabido, su lema "Espera un milagro" se realizó, pues él consiguió el milagro de sacar agua de donde aparentemente no lo había, de dar la oportunidad de vivir dignamente a miles de personas que no la tenían, y de enseñar al mundo que realmente, si se trabaja por ello, "existen los milagros".
Aún podemos disfrutar de su pensamiento, de sus ideas y de sus valores a través de su libro "Encuentro con la realidad", un ensayo en el que Vicente Ferrer trata diversos temas espirituales y del día a día.
Ahora Vicente Ferrer ha descansado, un bien merecido descanso. Su esposa Anne y su hijo Moncho serán los encargados de continuar con su trabajo, con lo que fue su vida.
Hasta siempre Vicente, y Gracias.