Si tienes 7 minutos de tiempo, mira este vídeo. Y después reflexiona...
¿Has conseguido no reir, o al menos sonreir? Yo no.
Y creo que lo mismo que ocurre en el video, nos pasa en la vida diaria. Tanto la felicidad como el sufrimiento son contagiosos. Si nuestra mente está siempre pendiente del sufrimiento y del dolor, y vivimos en un entorno en el que todo lo que nos llega (ya sea a través de la tele, de la prensa o de los vecinos) está impregnado de sufrimiento, de dolor, entonces estaremos tristes, sufriremos, y nos meteremos sin darnos cuenta en esa rueda de dolor: la rueda del Samsara.
Pero si por el contrario nuestra mente la llenamos de pensamientos alegres, de pensamientos positivos, si nos movemos en un entorno en el que no hay excesivo sufrimiento y podemos trasmitir algo de esa paz mental a los demás, ocurrirá como en el video: también esa paz, esa alegría y esa calma se contagiará. Eso nos acercará más al Nirvana.
Tratemos, pues, de ser bodhisatvas en el metro!!!
Es una pasada, aunque parezca exagerado, yo lo he comprobado y lo siguo haciendo diariamente. Influye tanto la forma en la que te hacercas a alguien, tu realidad se transforma de manera espectacular.
ResponderEliminarUn abrazo Cristina.