viernes, 27 de febrero de 2009

Si uno encuentra un hombre/mujer sabios quién, como un descubridor de tesoros, le señala sus defectos y le llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona.

Uno irá bien, y no mal, en compañia de ésta.

Dejadle que os aconseje y exhorte y os disuada del error.

Esta persona es valiosa para los nobles, pero desagradable para los mezquinos.

Capítulo VI del Dhammapada

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