Si uno encuentra un hombre/mujer sabios quién, como un descubridor de tesoros, le señala sus defectos y le llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona.
Uno irá bien, y no mal, en compañia de ésta.
Dejadle que os aconseje y exhorte y os disuada del error.
Esta persona es valiosa para los nobles, pero desagradable para los mezquinos.
Capítulo VI del Dhammapada
Pésaj, la Pascua judía
Hace 2 años